“Belfort pasa de las acciones especulativas y la honradez, al lanzamiento indiscriminado de empresas en Bolsa y la corrupción. Su enorme éxito y fortuna cuando tenía poco más de veinte años como fundador de la agencia bursátil Belfort le valió el mote de El lobo de Wall Street", explica la sinopsis de la película. A partir de ahí, empieza a fluir un río de trampas legales, drogas, prostitutas, villas, helicópteros y Ferraris, que él mismo contó, años después, en una autobiografía titulada como su mote y en la que está basado el guión .
Por mucho que aquí no desvelemos más detalles sobre el epílogo del sueño imposible de Belfort, no es tan difícil de imaginar. De momento, baste con saber que la película ha arrasado en su camino por Estados Unidos.
Tras esto, Belfort dejó las drogas, pidió perdón y se volcó en la redacción de dos libros donde cuenta su auge, 'El lobo de Wall Street'' y su caída, 'Atrapando al lobo de Wall Street'. Los beneficios de los libros le han permitido librarse de buena parte de su deuda.